Hoy en día se habla mucho de espiritualidad y Dharma en redes sociales. Pero… ¿qué significa realmente esta palabra tan antigua y profunda?
En India, muchas veces se cree que el Dharma está ligado a la religión de nacimiento. Así, por ejemplo, algunas personas siguen el Dharma hindú y otras el Dharma musulmán.
Otros creen que se relaciona con los deberes heredados por la familia o casta. Si alguien nace en una familia brahmán, su Dharma sería seguir los rituales brahmánicos.
Para el Yoga, sin embargo, y tomando su raíz védica, el Dharma es algo mucho más amplio: la ley cósmica que sostiene la vida y la naturaleza, la energía que une y armoniza la existencia. Vivir en Dharma significa vivir de acuerdo con esa ley universal.
El Rigveda lo explica de una manera muy simple y bella: Dharma es actuar, hablar y pensar en armonía. Su raíz está en la unidad.
En el Bhagavad Gita encontramos una enseñanza clave. Arjuna, en medio de la batalla, no quiere luchar. Dice que sería adharma matar a su propia familia.
Krishna le responde que está decidiendo desde su propio punto de vista, desde sus apegos y emociones personales. Pero que el verdadero Dharma no es lo que “yo creo que está bien”, sino lo que es justo y necesario para el bien de todos.
Es decir: el Dharma no se define por nuestros gustos o deseos, sino por lo que sostiene la armonía del mundo y de la vida.
📖 Esta misma idea aparece en la Kathopanishad:
Sreyashch preyashch manusyam etas
tao samparitya vivinakti dheerah |
Sreyo hi dheerah abhi preyaso vranite
preyo mando yoga-kshemad vranite ||
Lo que significa: Dharma es aquello que elegimos más allá de nuestra búsqueda personal.
En la práctica espiritual esto es muy claro. Muchas personas se acercan al Yoga buscando fuerza, flexibilidad o salud. Y creen que con eso ya están viviendo una vida espiritual. Pero eso no es Dharma.
El verdadero Dharma es cuando practicamos no solo por nosotros, sino también por el bien de los demás. Cuando aceptamos que quizás los frutos de nuestras prácticas no sean para nosotros, sino para otros.
Seguir el camino del Dharma significa tomar decisiones considerando no solo mi propio beneficio, sino el impacto de mis actos en la comunidad, en el mundo y en la creación entera.
Dharma es actuar desde la armonía con el todo.